El martes 26 de abril se celebró una nueva conferencia del ciclo Geoestrategia y Movimientos Migratorios a beneficio del proyecto Casa Bibi en la que los periodistas Lucía Mbomío y Nicolás Castellano hablaron sobre Migrantes y refugiados, la mirada del otro, moderados por la abogada Viviana Waisman.
El coloquio se centró en la responsabilidad que tienen los medios de comunicación en la construcción de estereotipos sobre los migrantes, fundamentalmente africanos y latinoamericanos; en cómo esa narrativa acaba “formando un discurso del otro“.
Viviana Waisman, antes de dar la palabra a los ponentes, introdujo el tema del coloquio subrayando cómo el discurso del otro lo que hace es “quitarles los derechos a esas personas que vemos diferentes, o considerar a esas personas con menos derechos”, creando “barreras muy evidentes o más sutiles, pero en ambos casos muy dañinas”. “Para mí, el discurso del otro, la manera en la que se forma, está muy estrechamente relacionado con el concepto de la dignidad humana”. En este sentido, explicó que “la base de los derechos humanos es la dignidad humana, el derecho que tenemos todos los seres humanos a ser valorados como sujetos individuales y sociales, con nuestras características particulares por el simple hecho de ser personas. Considerar a una persona como diferente, como ‘el otro’, es una forma de deshumanizarla, de quitarle la dignidad”.
Viviana Waisman. Foto: Javier Lafuente
La periodista y escritora Lucía Mbomío comenzó su intervención explicando cómo, pese a haber nacido en España, mucha gente la considera extranjera por su color de piel. Se ha generalizado, dijo, la idea de que “son migrantes todos los que no son blancos” y, como ejemplo, contó que hay mucha gente que a ella la considera “inmigrante de segunda generación” solo porque no es blanca. “Cuando se piensa en inmigrante es un hombre negro que llega en patera; las mujeres suelen estar más invisibilizadas y sólo se habla de ellas cuando llegan con bebés”.
En su opinión, la imagen que se tiene de los migrantes tiene mucho que ver con el hecho de que los medios de comunicación, cuando hablan de ellos no mencionan de dónde vienen, de qué país. “Hablan de migrantes subsaharianos, en general, no de los países de origen, y por eso es difícil entender el por qué, los motivos que les han llevado a abandonar su casa”.
Lucía Mbomío. Foto: Javier Lafuente
Para Nicolás Castellano, que lleva casi 20 años especializado en contenidos sobre migraciones forzosas, “el periodismo forja el relato de la mentira basado, sobre todo, en el color de la piel, en vez de fijarse en la edad, el sexo; la verdad se disimula porque son pobres”.
Recién llegado de la guerra en Ucrania causada por la invasión rusa, se felicitó de la solidaridad de los gobiernos europeos con los ucranianos que han tenido que abandonar su país. “Está muy bien la solidaridad, pero me pregunto, si los gobiernos han demostrado que se puede aplicar la convención de Ginebra, ¿por qué no se aplica con los que vienen de África?”.
Respecto a los medios de comunicación recordó que, en el caso de los ucranianos, “no se ha hablado de avalancha, una llegada masiva”, expresiones que, denunció, “solo se utilizan si los que llegan a nuestro país son negros o moros”. Este es un claro ejemplo de cómo “los estereotipos nacen de un relato transmitido por los medios de comunicación y las redes sociales que han derivado en un aumento del racismo”.
Nicolás Castellano. Foto: Javier Lafuente
Lucía Mbomío criticó también la cobertura de los medios al diferenciar el relato sobre la crisis migratoria de Ucrania y la procedente de África. “Hablar de cercanía territorial y cultural, incluso del fenotipo es una falacia”.
Durante el coloquio se habló también de la diferencia que tanto medios de comunicación como gobiernos hacen entre refugiados e inmigrantes, creando un discurso del otro basado en el color o la situación económica. “Se habla de ilegales con efectos sobre la psicología de las personas, cuando no hay nadie ilegal”, apuntó Viviana Waisman, dando paso a los ponentes a hablar sobre esta cuestión.
“Se trata de un ejercicio intencionado por parte de los gobiernos de la Unión Europea para dar a entender que los migrantes tienen menos derechos que los refugiados, cuando la convención de los derechos humanos no distingue entre unos y otros, porque los derechos no tienen color”, dijo Nicolás Castellano.
Para Castellano y Lucía Mbomío si hay personas que llegan a España en pateras es porque “no les dejamos venir de otra manera”. “4.400 personas murieron en 2021 en el mar intentando llegar a España”, recordó el periodista. “Las personas no se suben a una patera porque sí”, añadió Lucía Mbomío. El problema, añadió, “es que hemos normalizado un discurso sobre la migración en África que no se corresponde con la realidad porque no conocemos el por qué; no hay corresponsales en los países africanos y las informaciones que nos llegan son las que trasladan las ONG en situaciones de crisis, por un brote de ébola o inundaciones, pero no se habla de literatura, de arte, de lo cotidiano”. Esto tiene como consecuencia “que hayamos normalizado lo que está ocurriendo sin preguntarnos por qué migran las personas; seguimos sin entender un montón de cosas”.
Viviana Waisman preguntó a los ponentes cómo creen ellos que se pueden cambiar esta narrativa que se transmite a través de los medios de comunicación ofreciendo una imagen estereotipada de las personas migrantes.
Nicolás Castellano aportó varias cifras: “Hay 240 millones de personas con la etiqueta de migrantes en todo el mundo; cinco millones viven en España de los cuales más de tres millones son europeos, a los que no llamamos inmigrantes. En torno a 1.700.000 son extracomunitarios, a los que se les pone la etiqueta de inmigrante. ¿Realmente son estos los causantes de nuestros problemas económicos y laborales?. Echar la culpa a los de fuera no es nuevo, es propio de los totalitarismos”.
Como conclusión, Nicolás Castellano manifestó la necesidad de cambiar el discurso porque “a las personas que viven en nuestro país, que llevan tiempo instaladas, las seguimos ‘otrorizando’ por el color de su piel, hay un racismo cotidiano que hemos normalizado”.
“Las personas”, concluyó Lucía Mbomío, deben preguntarse qué está ocurriendo, por qué en los colegios se ven estudiantes negros pero en la universidad apenas hay negros; es importante que la gente se haga preguntas”. Es cierto, añadió, que “al final los medios, que también hacemos de altavoces de los gobiernos, tenemos una responsabilidad sin tener en cuenta las consecuencias sobre las personas que no son blancas aunque hayamos nacido en España, en Alcorcón”. En el caso de las mujeres negras “la narrativa de la excepción es menor que la de los hombres”. La solución, en su opinión, es incorporar a los migrantes en la narración para contar lo que ocurre, no lo que creemos que ocurre. Esto no va de cuerpos, sino de personas”.
Cerró el coloquio Viviana Waisma. “Es el momento de contar lo positivo que es que vengan personas de otros países; ese es el rol de los medios de comunicación, pero nuestra responsabilidad es saber cuándo actuamos por estereotipos, cuestionarlos y reconocer los prejuicios. Ser críticos”.
Foto: Javier Lafuente
GEOESTRATEGIA Y MOVIMIENTOS MIGRATORIOS.
Según el Informe sobre las Migraciones en el Mundo 2022 publicado por la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) “La cifra de migrantes internacionales en todo el mundo ha pasado de 84 millones en 1970 a 281 millones en 2020, si bien cuando se tiene en cuenta el crecimiento de la población, la proporción de los migrantes internacionales ha subido lentamente, pasando del 2,3% al 3,6% de la población mundial“.
“La mayor parte de las personas en el mundo (96,4%) reside en el país en el cual nacieron. La cifra de migrantes internacionales en 2020 fue inferior, en aproximadamente dos millones, a lo que en realidad debió haber sido si no hubiera existido la pandemia de COVID-19“, añade este documento, esencial para conocer la realidad de los movimientos migratorios.
España, que durante la mitad del siglo XX fue un país de emigrantes, actualmente es un país de destino y tránsito de personas procedentes de África y América Latina, principalmente, pero también de otros lugares.
En el caso de África, las previsiones de Naciones Unidas indican que el continente duplicará su población hacia 2050 y son muchos los ciudadanos que abandonan sus hogares y buscan en Europa un lugar donde encontrar una vida mejor. Hasta lograr atravesar los 14 kilómetros que separan África de Europa o los pasos por Ceuta y Melilla, los trayectos desde los países del sur del continente pueden llevar años y no todos los que los emprenden alcanzan su objetivo.
La crisis en Afganistán, con la vuelta de los talibanes al poder, o la situación creada en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, por citar solo dos de los problemas migratorios actuales, abren nuevos frentes en torno a este fenómeno.
Con objeto de entender mejor los movimientos migratorios y profundizar en lo que está pasando, destacados expertos abordarán este fenómeno desde diferentes perspectivas en las cinco conferencias-coloquios organizadas por la Asociación Karibu, Howden Group Foundation, la revista Afkar-Ideas, con la colaboración de Abante Asesores, entre febrero y junio de 2022.

A través de este ciclo a beneficio de la Asociación Karibu queremos también dar una mayor visibilidad a la labor que hacemos desde hace 30 años, atendiendo al colectivo africano en situación de gran vulnerabilidad que vive en la Comunidad de Madrid, en especial a familias con hijos y a menores no acompañados, además de lograr una mayor implicación de la sociedad.